Conociendo los árboles, entiendo el significado de la paciencia. Conociendo la hierba, puedo apreciar la perseverancia. 
La naturaleza es sabiduría a simple vista. Enseña una lección sobre la composición silenciosa. Todo se mueve a su propio ritmo. Apenas nos damos cuenta, pero los cambios están sucediendo. Sin prisas. Sin resistencia. Solo siendo y evolucionando.

El ciclo de la naturaleza es una lección oculta para la vida.

Los árboles no se fuerzan a crecer más rápido. Los ríos excavan valles lentamente. Las flores florecen a su propio tiempo. Las semillas no se convierten en árboles de la noche a la mañana. El crecimiento ocurre sin que lo veamos. Pero es constante.

La composición silenciosa funciona. Desarrolla resiliencia en tu cuerpo, claridad en tu mente y paz en tu alma. Tus células se regeneran a diario. No lo notas, pero tu cuerpo siempre se está reparando y renovando.

Es un trabajo lento y constante. Acelerar el proceso lo rompería. El sueño, el ejercicio y la nutrición se combinan de la misma manera. Saltarse lo esencial te alcanza.

Tu mente funciona de la misma manera. Leer una página a la vez genera conocimiento. Meditar durante diez minutos al día genera concentración. Escribir unas líneas en un diario cada mañana agudiza la conciencia de uno mismo. No son cambios grandes ni dramáticos. Son cambios silenciosos, pero con el tiempo te transforman.

La naturaleza enseña paciencia. El roble no crece de la noche a la mañana. Sus raíces se extienden profundamente, sin que nadie lo note, antes de que su tronco se eleve alto. En nuestras vidas, las raíces son los hábitos invisibles que formamos. Son las acciones diarias que tú y yo tomamos para concentrarnos en lo que realmente importa.

El progreso lento puede no parecer emocionante, pero es real y perdura. He aprendido a respetar el ritmo del crecimiento lento pero efectivo.

La naturaleza prospera con ciclos que han estado funcionando desde el principio de los tiempos. Adopta el ritmo de la naturaleza: su secreto es la paciencia. Creo que la vida funciona de la misma manera. Las cosas que importan (la salud, las relaciones, el propósito) no llegan rápidamente. Crecen con el tiempo y el cuidado. Eso es lo que intento aprender. A dejar que las cosas fluyan: sin necesidad de resistencia.

La prisa, el ajetreo: son invenciones humanas. Nos alejan de lo natural. Cuanto más rápido voy, más pierdo de vista lo que realmente importa. Disminuir el ritmo nos conecta de nuevo con lo esencial. No se trata solo de hacer menos. Se trata de hacer lo que realmente importa. Disminuir el ritmo no es solo una elección. Es una forma de volver a uno mismo.

Miro mi propia vida y veo el daño de las prisas. El estrés, el agotamiento y los logros superficiales. Todo esto proviene de perseguir más y más rápido. Pero la naturaleza enseña una lección diferente. Concentración. Descanso. Simplicidad. La naturaleza tiene la clave de nuestra satisfacción estética, intelectual, cognitiva e incluso espiritual.

Cuando pongo en sintonía mi naturaleza con la naturaleza, siento el equilibrio. Mi mente se recupera más rápido. Incluso hago más cosas en menos tiempo. Experimento lo que los psicólogos llaman “estado de flujo”: lo que sucede cuando te sumerges en el presente desde un lugar de calma. La naturaleza hace esto de manera natural. Olvidamos porque estamos atrapados en el ruido de nuestras mentes.

El objetivo de la vida es hacer que el latido de tu corazón coincida con el latido del universo. Volver a lo que realmente importa lo cambia todo. Mejora cada área de la vida.

Lento y constante es la ley de la Naturaleza. La vida se acumula con el tiempo, al igual que las inversiones. Pero los beneficios llegan a quienes esperan. Así que voy más despacio. Me concentro en lo esencial. Camino en lugar de correr. Escucho y dejo de hablar. Observo el asombro que me rodea. La vida fluye y trato de fluir con ella. Esa es la alegría de la acumulación silenciosa: hacer coincidir mi Naturaleza con la Naturaleza.

La Naturaleza no se apresura, pero todo se logra. El crecimiento real no es ruidoso ni inmediato. Sucede en pequeños pasos invisibles. No puedes apresurarlo. Solo puedes nutrirlo. Así es como trato de vivir. Un cambio significativo lleva tiempo.

Sea lo que sea que contenga el momento presente, acéptalo como si lo hubieras elegido. Trabaja siempre con él, no contra él. Hazlo tu amigo y aliado, no tu enemigo. Esto transformará milagrosamente toda tu vida.

El crecimiento apresurado solo crea sufrimiento. La claridad y la paz provienen de concentrarse en lo esencial. Si buscas tranquilidad, haz menos. Haz lo esencial. Haz menos, y mejor.

Disminuir el ritmo es una mejor estrategia para la vida. Pero requiere coraje. Significa alejarse del ruido. Significa resistir la urgencia de seguir el ritmo de los demás. Eso es difícil. Lo sé porque yo también lucho con eso. Pero cada vez que elijo disminuir el ritmo, lo afronto y lo hago mejor. Disminuir el ritmo me ayuda a darme cuenta de la vida.

Concéntrese en lo esencial. Elimine el ruido. La naturaleza no se excede. No fuerza. Simplemente es. Conoce el equilibrio. Cada vez que salgo, recuerdo esa sabiduría oculta en un simple suspiro. Podemos trabajar con el tiempo, no contra él. Confío en la acumulación silenciosa. La naturaleza demuestra que funciona. Sólo necesito seguir su ritmo.

La naturaleza es la fuente de todo conocimiento verdadero.

Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.

Patricio Varsariah.