Como podemos superar nuestros problemas. (yo los llamo “situaciones”)
Publicado por Patricio Varsariah el jueves, agosto 22, 2024
Las preguntas más difíciles de la vida parecen interminables. Nos persiguen y exigen respuestas. Pero ¿qué pasa si no hay soluciones definitivas?
Pienso que no conquistamos nuestros problemas, sino que los superamos. La lógica o la razón por sí solas no pueden solucionar los mayores problemas de la vida. Pienso que los problemas más importantes de la vida no están destinados a ser resueltos, sino a ser experimentados y superados.
Los problemas más grandes e importantes de la vida son fundamentalmente insolubles. Nunca se pueden resolver, solo se pueden superar. Los mayores problemas de la vida (cosas como el amor, la identidad, el significado y nuestro lugar en el mundo) no tienen respuestas claras. No se pueden resolver simplemente con fórmulas o conceptos únicos.
A medida que crecemos, los detalles de nuestros grandes problemas no nos agobian de la misma manera. Cosas como la manera en que mi pasado afecta mi futuro, las incertidumbres del futuro que antes parecían imposibles de comprender, ahora parecen diferentes, no porque las haya “resuelto”, sino porque no soy la misma persona que era.
La vida no es un problema que se debe resolver, sino una realidad que se debe experimentar. Esta idea cambia el enfoque de intentar arreglarlo todo a simplemente vivir y experimentar la vida. Reemplazamos el estrés por la curiosidad. Creo que no estamos atrapados; estamos evolucionando.
Para cada problema, intento encontrar crecimiento y sabiduría; superar mis problemas es la forma de evitar quedar atrapado por ellos. No conquisto los desafíos tanto como evoluciono para superarlos.
A medida que crezco, desarrollo nuevas fortalezas y perspectivas para conquistar el siguiente, nos expandimos para superar nuestros problemas. Las nuevas experiencias y las perspectivas frescas nos hacen más grandes que nuestros problemas. Es como escalar una montaña. Cuanto más alto subes, más pequeños parecen los problemas en la base. Las experiencias de vida, el aprendizaje y el desarrollo personal son como subir esos escalones. Amplían nuestra perspectiva y comprensión. Así, en lugar de forzar una solución, evolucionamos más allá del problema en sí.
Tomemos como ejemplo las relaciones. No se puede “resolver” el amor ni los conflictos que lo acompañan. Cuando no estoy de acuerdo con alguien que me importa, puede parecer que encontrar la solución perfecta es la única forma de avanzar. Pero, a menudo, el verdadero progreso se produce cuando supero mis emociones y mi ego. Aprendo a comunicarme mejor, a ser más paciente y a comprender las perspectivas de los demás.
Con el tiempo, lo que antes parecía un gran problema se volvió más fácil de hablar, comprender y apreciar, no porque encontré la solución perfecta, sino porque encontré una forma de superar el problema. Incluso con algo tan fundamental como el miedo (como el miedo al fracaso o al rechazo), en realidad no resolvemos estos miedos. Aprendemos a vivir con ellos, a superarlos y, con el tiempo, pierden su control sobre nosotros. He tenido momentos en los que el miedo me paralizó, pero, al mirar atrás, veo cómo esos miedos se desvanecieron a medida que adquirí más experiencia de vida.
No resolví el miedo, lo superé. Para cada área, pienso en expandir la percepción, cambiar el enfoque. Lo que parece abrumador comenzará a perder su poder sobre mí. No porque el problema cambió, sino porque tú lo hiciste. El problema sigue, pero estás en un espacio diferente. Ese es el valor de superar nuestros problemas.
¿La lección clave? Tú y yo no necesitamos resolver todos los problemas. Podemos crecer a través de ellos. Puedes concentrarte en volverte más fuerte, más sabio y más resiliente. No deberíamos quedarnos estancados tratando de resolver lo irresoluble. No es tanto que resolvamos nuestros problemas como que los superamos. Agregamos capacidades y experiencias que eventualmente nos hacen más grandes que los problemas.
Los desafíos o preguntas más difíciles no tienen respuestas fáciles.
Cambiamos con el tiempo. Aprendemos, experimentamos y nos convertimos en personas diferentes. Estos cambios a menudo hacen que nuestros viejos problemas parezcan más pequeños. No conquistamos nuestros desafíos tanto como evolucionamos para superarlos. Siempre estamos cambiando y creciendo. Nuestros problemas siguen siendo los mismos, pero nos volvemos más grandes que ellos.
La vida se vuelve menos sobre encontrar respuestas y más sobre experimentarlas.
No hay presión para resolver todo. Debemos permitirnos a evolucionar, aprender, vivir. Cambiamos, y en ese cambio, encontramos la capacidad de manejar mejor nuestros problemas. Eso alivia la presión.
No tenemos que ser solucionadores de problemas perfectos. Solo necesitamos seguir creciendo y evolucionando. Descubriremos las cosas a lo largo del camino. O mejor aún, superaremos la necesidad de resolverlo todo. Aprendemos sobre la marcha. Tal vez nunca “resolvamos” las cosas por completo, pero cambiamos. Crecemos. Y esa es la verdadera victoria en la vida.
Nadie llega a comprender nunca de qué se trata la vida, y eso no importa. No necesitas todas las respuestas para vivir una buena vida. No necesitas todas las respuestas para disfrutar de tu vida. Disfruta de las pequeñas cosas, incluso si te parecen insignificantes. Ama a las personas cercanas a ti.
Experimenta todo. No te estreses por encontrar respuestas perfectas. Puede que no haya ninguna.
Algunas cosas, eventos y problemas en la vida simplemente están ahí, son parte de la experiencia humana. No podemos eliminarlos, pero podemos aprender a vivir con ellos o, mejor aún, superarlos para encontrar la paz interior.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
Vive de acuerdo con tu naturaleza, NO con las expectativas de los demás.