No es suficiente correr cuando se tiene prisa, ni hablar alto cuando queremos que nos escuchen, ni saltar hasta bien arriba cuando intentamos llegar alto o escribir cuando pretendemos que nos lean. No es suficiente porque sencillamente no todo depende de nosotros, pero vamos a ponernos en camino, vamos a intentarlo con tantas ganas que cada “no” sea para nosotros un “por ahora, no” y nos motive a seguir hacia adelante.

Y es que, al final, todo lo que ocurre pasa por un filtro que es cómo nosotros lo interpretamos, según desde el lugar donde nos asomemos a mirar…. No es que estemos a la deriva, es que disfrutamos del trayecto; no es que la desilusión se haya apoderado de nosotros, es más bien que nuestras expectativas están esperando a ser cumplidas; no es que tengamos prisa en darle un rumbo a nuestra vida, es que nos apremian las ganas por llegar adonde nos propusimos hace algunos años…I

Improvisa siempre que puedas, pero traza un plan a seguir, uno en el que escribas en mayúsculas los nombres de quienes quieres tener cerca, créeme que al final eso será lo más importante. No habrá trabajo, ni afición que pueda sustituir a esas personas, poco a poco dejará de tener valor lo que hagas y empezará a ser cada vez más importante con quién lo hagas. 

Elige bien, el vagón no es tan amplio como para que pueda subirse cualquiera, el tren tomará velocidad y no resultará fácil que suban o bajen, por eso una vez que estén dentro, cuídalos. Que, tanto para ti, como para ellos, el viaje sea un placer.

¿Añoras algo? Vuelve a ello, no dejes que se te escape de nuevo si está en tus manos. Si no es así, olvídalo cuanto antes, deja espacio a lo que está por venir. Los recuerdos están bien, pero nada como vivir el presente, saborearlo y tener plena conciencia del qué y, sobre todo, con quién. Debes hacer muchas fotos porque te gustará verlas, pero que ello no te impida disfrutar del momento, de nada vale inmortalizarlos si no los has sentido tuyos.

¿Qué esperas? No te conformes con menos, hay mil oportunidades a diario para hacerte con aquello que sueñas, aquí o allí y acabarás llegando a ello… Mientras, no te precipites porque es posible que, entreteniéndote con otras cosas, tú mismo te estés negando la posibilidad de llegar a donde deseabas. 

Respeta las normas -las que todos sabemos que están bien-, no te hablo de las impuestas por otros, sino de aquéllas que podrían hacer de este mundo un lugar más agradable aún para vivir.

¿Estás a tiempo? ¡¡Siempre!! De ponerte en camino, de volver, de huir, de callar, de hablar, de olvidar, de recordar, de esperar, de abrir puertas, de sonreír, de confiar, de sentir, de pensarlo una y mil veces… Y entonces, cuando hagas todas estas cosas, acertarás y te equivocaras, en definitiva, ¡¡vivirás!!

Gracias por tu interés y tu tiempo.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.