Eso es lo que hace una buena vida. No cero errores. Solo corrección constante.
Publicado por Patricio Varsariah el lunes, abril 14, 2025

Lo que me funcionó el año pasado podría no funcionar este año. Así que mantengo una regla de vida simple: toda la vida es corregir errores, seguir descubriendo cosas. Es lo que más me ha transformado la vida. La vida como corrección de errores es especialmente importante para quienes siguen aprendiendo a vivir. Intentas algo, fracasa, lo modificas y lo vuelves a intentar.
Mi lema es: Mientras vivas, sigue aprendiendo a vivir. Ese es el juego. No "tenerlo todo resuelto". Simplemente sigue aprendiendo a vivir. Lo uso como un mantra. La vida es un ciclo de retroalimentación.
Intentas algo. No funciona. Te adaptas. No son fracasos. Solo lecciones aprendidas. ¿Te comunicas mal? La próxima vez, habla más despacio y haz mejores preguntas. ¿Te agotas? Bien, acabas de aprender que tu cuerpo lleva la cuenta. Descansar es ahora una prioridad. Podemos retomar la misma lección con nuevos ojos.
Cada trimestre, hago un inventario de mis hábitos, principios y reglas de vida. Y descubro qué ya no funciona, lo ajusto y pruebo algo nuevo. A veces considero mi semana entera como un experimento. Al final, me pregunto: ¿Qué funcionó? ¿Qué no? ¿Qué pequeño cambio puedo hacer la próxima vez? Eso es todo. Ese es el hábito. ¿Pero no es agotador? Si interfiere en la vida, puede ser abrumador. No permito que se convierta en una obsesión. Ni en una obligación. Si reaprender, ajustar y mejorar deja de ser divertido, me concentro en encontrar la diversión de nuevo.
Para que la corrección de errores funcione, me concentro en pequeños ajustes. Uno a la vez. Todos estamos cambiando. Todos, consciente o inconscientemente, estamos refinando. Probando. Fallando. Editando. Reescribiendo el manual sobre la marcha. Pero para la mayoría de las personas, sucede en piloto automático. Porque no pueden lograr que un cambio intencional y deliberado funcione. Se resisten.
Para mí, crecer significa dejar ir la versión de mí que ya no me sirve. O sacar lo mejor de mí. Incluso las buenas. Sobre todo, las buenas. Lo que como, con quién paso el tiempo, lo que creo sobre mí: todo necesita una revisión regular. No porque las cosas se rompan. Sino porque estoy vivo.
Me gusta caminar por la vida como si tuviera algo nuevo que aprender, y lo aprenderé. La única manera de que eso funcione es mantenerme en movimiento. Y prestar atención. A veces, corregir errores significa ajustar mi rutina. A veces, alejarme de algo que me agota. A veces, sentarme en silencio y darme cuenta de que he superado esta versión de mí.
Y eso es una victoria. Siempre creí que una vida de calidad, disfrutar y el conocimiento son mi derecho de nacimiento. Nunca sospeché que tendría que aprender a vivir las formas de ver el mundo que debía dominar antes de poder despertar a una vida simple, feliz y sin complicaciones.
La vida es una espiral. Volverás a viejas lecciones, pero las verás con nuevos ojos. Ese es el proceso. Aprende, adáptate, repite. Si estás en una época rara, bien. Estás en el juego. Te estás adaptando. Estás aprendiendo a vivir. Y eso es todo lo que cualquiera de nosotros puede hacer.
Así que sigo experimentando. Es un proceso de prueba y error. Pero hago más de lo que funciona. No te quedas en una sola dirección para siempre; sigues ajustando. Porque cuando ves la vida principalmente como corrección de errores, dejas de esperar resultados perfectos. Dejas de pensar que hay una fórmula mágica. Dejas de castigarte cuando las cosas cambian. Aprendes a inclinarte. Sigue ajustando lo que no funciona hasta que algo vuelve a funcionar. Aplica la "corrección de errores" en casi todas las áreas de la vida.
En el trabajo, lo que antes te entusiasmaba puede empezar a resultar agotador. No significa que seas perezoso o estés perdido, sino que tus prioridades están cambiando. Estás en un nuevo capítulo. Entonces, ¿qué haces? Corriges el rumbo. Exploras. Pruebas pequeños cambios hasta que algo vuelve a sentirse bien. Así es la corrección de errores en la vida real. Pequeños cambios honestos. Y sí, a veces es incómodo. Pero siempre recuerdo esto: la claridad sigue a la confusión. No siempre se obtiene la respuesta primero. A veces das un paso y la respuesta aparece después. Ese es el trabajo.
No saber, luego saber un poco. Sentirse perdido, luego encontrar el equilibrio. No estamos hechos para permanecer iguales. Estamos hechos para seguir aprendiendo, adaptándonos, transformándonos.
Corregir errores es mantenerse atento a lo que tienes delante. ¿Qué es lo único que no funciona en tu vida? Quizás sea un hábito, un trabajo, una mentalidad. No le des demasiadas vueltas; solo prueba un pequeño cambio. Observa qué pasa. Puede que te estrelles, pero aprenderás. Y ese es el punto. No tienes que reinventarte cada vez que algo sale mal. Solo tienes que seguir presentándote con un poco más de claridad. Eso es lo que hace una buena vida. No cero errores. Solo corrección constante.
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.
A todo lo que te reste paz súmale distancia.