Fluye hacia adelante. No te aferres a nada,pero aférrate a ti mismo.
Publicado por Patricio Varsariah el domingo, enero 5, 2025

Desde hace muchos años que practico el arte del desapego. El objetivo es participar activamente en la vida, pero menos apegado, porque la existencia es una serie de experiencias: una combinación de estados por los que pasamos. Donde la gente falla es que se apega a un estado de transición y define su vida en función de él. Se apega a cómo deberían ser las cosas. Si la vida no coincide con sus expectativas, se frustra, se enoja, se deprime e incluso se pierde. Ese es el dolor del apego.
El desapego no significa retirarse de la vida. Es presentarse con todo tu ser sin necesidad de controlar el resultado. Los psicólogos hablan de “apego seguro” versus “apego ansioso”. El primero te permite conectar mientras mantienes la independencia. Es una forma más sana de vivir. El apego crea sufrimiento porque vincula tu felicidad a algo externo. El desapego te libera para encontrar la paz interior.
No puedes controlar ningún resultado ni cómo se comportan las personas, así que ¿por qué darles tanto poder sobre cómo te sientes? La vida no es algo que posees. Es algo que experimentas. Fluye a través de ti como un río.
Leí en alguna parte: “Sé el río, no la presa. Entrégate por completo. Siente la vida intensamente. Siente todo, pero no te resistas a nada. Ama intensamente. Pero no apegues tu felicidad al resultado. La vida es demasiado fluida para eso. Aprende a soltar. Entrégate a la vida.
Nuestro viaje consiste en involucrarnos profundamente en la vida y, sin embargo, menos apegados a ella, porque todo cambia una vez que nos identificamos con ser el testigo de la historia, en lugar del actor en ella.
Aferrarse a personas, resultados, ideas, estados mentales, creencias o un estado emocional nos hace sentir seguros, pero también puede ser nuestra perdición. O nuestro sufrimiento. Porque cuando nos aferramos a personas o cosas, les vinculamos nuestro estado de ánimo, expectativas y miedos. Pero todo está en transición.
Por supuesto, disfruta de los buenos momentos, pero adáptate cuando las cosas cambien. Cuando los tiempos son difíciles, no me aferro a ello. Hay un término para eso: agilidad emocional. Significa sentir todo sin dejar que te defina. Conduce a una mayor resiliencia y felicidad. No estás reprimiendo las emociones, estás dejando que fluyan. Me concentro en involucrarme activamente con el presente.
Intenta no resistirte a los cambios que se te presenten. En cambio, deja que la vida viva a través de ti. Y no te preocupes de que tu vida se esté poniendo patas arriba. ¿Cómo sabes que el lado al que estás acostumbrado es mejor que el que está por venir?
Un río no lucha contra la corriente. Se mueve. Se adapta. Los obstáculos no lo detienen. Los ríos no se aferran a las rocas. Pasan por encima de ellas. Así es como se mantienen fuertes. Así es como siguen avanzando.
Tú y yo podemos hacer lo mismo. Mi objetivo es ser el río, no la presa. Quiero sentir todo, pero no llevar nada. Quiero sentir la alegría, el dolor, la incertidumbre. Experimentarlo todo. Luego, déjalo pasar. Siente la alegría, pero no la tomes como rehén. Siente el dolor, pero no construyas un hogar en él. Deja que todo pase. No lleves nada. A veces, dejar ir es un acto de mucho mayor poder que aferrarse. Dejar ir significa que confías en la vida. Confías en ti mismo.
Tómate la vida en serio, pero no te la tomes como algo personal. Es un equilibrio complicado. Pero funciona a nuestro favor. Esa es otra verdad que he aprendido. La vida sucede por sus propias razones, no siempre por las tuyas. La gente se va. Los planes se desmoronan. El dolor llega. Nada de esto tiene que ver contigo. La vida no sucede para castigarte o recompensarte. Simplemente sucede. Lo que haces con ella es lo que importa. No aferrarte a nada es la forma en que transitas por las absurdas realidades que se despliegan. No te entregues. Comprométete. Pero mantén tu centro. Solo puedes darte completamente a los demás si permaneces completa o completo.
Al dejarlo ir, todo se hace. El mundo lo ganan aquellos que lo dejan ir. Pero cuando intentas una y otra vez, el mundo está más allá de la victoria. No aferrarte a nada es una elección de confiar en el proceso. De dejar de forzar. De fluir. La vida no es algo que se aferra. Es algo que se experimenta. Cuanto menos te aferres a algo, más podrás vivir.
Deja ir lo que ya se ha ido. Deja ir los remordimientos, las decepciones, los traumas y el dolor emocional. Deja de aferrarte a lo que no es tuyo. La vida no está hecha para ser aferrada, está hecha para ser vivida. No cargues con nada y llevarás todo lo que importa.
Fluye hacia adelante. No te aferres a nada, pero aférrate a ti mismo. La gente cambia. Las experiencias evolucionan. Esa es la naturaleza de la vida. Cuanto más nos soltamos, más podemos disfrutarla. La vida no te está sucediendo. Está sucediendo a través de ti. Déjala ir o serás arrastrada o arrastrado.
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.
Solo se vive una vez, pero si se hace bien, una vez es suficiente.