Bienvenido al club de los que piensan demasiado y dudan de sí mismos. No estás solo.

En este escrito te mostraré 3 hábitos que me hacían sentir mal conmigo mismo.

1. — Dudar de mi propia capacidad

Comúnmente conocido como “síndrome del impostor”

Esta condición psicológica hace que las personas se pregunten si son lo suficientemente buenos en algo que han estado haciendo objetivamente lo suficientemente bien. Básicamente tienes miedo de ser expuesto como un perdedor. Es algo que los grandes triunfadores suelen encontrar porque no pueden aceptar sus propias habilidades y logros. Y es realmente difícil creer en uno mismo. Es una tontería, pero sucede. Y me hacía sentir inseguro.

¿Qué a hacer al respecto?

Necesitas empezar por darte cuenta de que esas dudas en tu cabeza no son la historia completa.
Sólo porque a veces te sientes como un perdedor no significa que lo seas. Debes recordar tus éxitos y reconocerlos por lo que son: los resultados de tu arduo trabajo y tus habilidades, no son solo la suerte.

También tienes que empezar a fijarte expectativas más realistas.

Está bien no ser perfecto todo el tiempo: todo el mundo comete errores y eso no los convierte en un perdedor. La autocompasión es clave aquí. 

2. - Hacer suposiciones sobre las opiniones que la gente tiene sobre tí

Si eres increíblemente inseguro. Es como si siempre estuvieras jugando a las adivinanzas, tratando de descubrir qué piensan los demás de tí. A menudo te sorprendes imaginando lo peor, creyendo que te ven como estúpido o molesto.

Esta preocupación constante por las percepciones de los demás puede resultar agotadora. Es como si estuvieras atrapado en tu propia cabeza, inventando historias que probablemente ni siquiera sean ciertas.

Ten en cuenta de que necesitas dejar de asumir y empezar a centrarme en los hechos. Las opiniones de las personas no siempre son las que pensamos y, en la mayoría de los casos, son más positivas de lo que esperas; tienes que aprender a dejar de lado esos miedos infundados y confiar en tu propio valor.

Necesitas recordarte a tí mismo que no puedes leer la mente y que no es saludable intentarlo. En cambio, deberías centrarte en tus acciones y tus resultados, no en los juicios imaginarios de los demás; al hacerlo, puedes empezar a liberarte de este ciclo de inseguridad y construir una versión de tí mismo más segura y seguro de tí mismo.

2. – Pensar demasiado en escenarios inexistentes

Esto es algo interconectado con el hábito anterior.

Hoy en día, muchas personas tienden a pensar demasiado y eso es lo que las hace muy inseguras acerca de tantas cosas: les causa estrés y ansiedad.

A menudo nos encontramos perdidos en interminables escenarios de "qué pasaría si".

Estas creando problemas en vuestras mentes que en realidad no existen. Este hábito de pensar demasiado puede resultar paralizante, ya que magnifica los miedos y las dudas, lo que lleva a un ciclo de preocupación y estrés constantes.

¿Qué hacer al respecto?

La clave es sorprenderte en el acto de pensar demasiado y cambiar conscientemente tu atención al momento presente. Necesitas recordarte a tí mismo que estos escenarios son sólo producto de tu imaginación, no predicciones del futuro.

Practicar técnicas de atención plena y conexión a tierra puede ayudarte a mantenerte anclado en el aquí y ahora, reduciendo el espacio para que crezcan preocupaciones innecesarias.

Además, participar en actividades que requieren toda tu atención puede ser una excelente manera de romper el ciclo de pensar demasiado; al aprender a controlar este hábito, puedes reducir significativamente tus niveles de estrés y ansiedad, lo que te lleva a un estado mental más tranquilo y seguro.

Pensamientos finales:

Entonces, resumiendo todo, lidiar con sentirnos, adivinar lo que los demás piensan de vosotros y pensar demasiado en cosas que ni siquiera han sucedido están todos relacionados. Realmente pueden alterar vuestras cabezas, haciéndonos estresados e inseguros; el truco consiste en darnos cuenta cuando estamos haciendo esto y luego intentar activamente cambiar de marcha.

Necesitas centrar tu atención en lo que es real, ahora mismo, no en los aterradores “qué pasaría si”. Se trata de recordar que vuestro valor no proviene de estas preocupaciones, sino de lo que realmente puedes hacer y has hecho.

Con un poco de esfuerzo y algo de paciencia, puedes cambiar vuestra forma de pensar para ser más solidario y positivo con vosotros mismos. Es como bajar el volumen de las cosas negativas y aumentar las buenas vibraciones.

Gracias por tu interés y tu tiempo.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.