La felicidad es una elección, no un resultado.
Publicado por Patricio Varsariah el viernes, enero 17, 2025
La vida sólo puede entenderse hacia atrás, pero debe vivirse hacia adelante, es mi forma de ver la vida. Nadie ha entendido la vida por completo todavía. Pero olvidamos de que la vida debe vivirse hacia adelante. Es una reflexión sencilla pero sabia sobre el arte de vivir.
La persona infeliz es aquella que tiene su ideal, el contenido de su vida, la plenitud de su conciencia, la esencia de su ser, de alguna manera fuera de sí misma. El hombre infeliz siempre está ausente de sí mismo, nunca presente para sí mismo. Pero uno puede estar ausente, obviamente, tanto en el pasado como en el futuro. Esto delimita adecuadamente todo el territorio de la conciencia infeliz.
La felicidad siempre ha sido una búsqueda universal. Pero muchos todavía se encuentran atrapados en un círculo vicioso de insatisfacción, esto se debe a que buscaban la realización fuera de sí mismos en los lugares equivocados. La felicidad es un problema de “presencia”. Para muchos de nosotros, es algo poco común. O bien nos quedamos en el pasado o nos obsesionamos con el futuro en nuestras cabezas. Nos decimos: “Si tan solo hubiera hecho esto de otra manera” o “Una vez que logre eso, estaré satisfecho”.
Yo lo he hecho. Probablemente tú también.
El constante viaje mental en el tiempo no nos hace ningún bien, nos priva de la “conciencia feliz”: disponibilidad mental y emocional para nosotros mismos. Cuando colocamos nuestros ideales fuera de nosotros mismos, renunciamos a nuestro poder. Hacemos de nuestra satisfacción un “problema externo”. Es una preparación para la decepción.
He aquí una observación familiar. Cualquiera que persiga una meta profesional específica se dice a sí mismo: “Una vez que obtenga ese ascenso, seré feliz”. Pero, ¿qué sucede cuando la alcanza? Hay un “breve” momento de alegría. Pronto, una nueva meta ocupa su lugar y el ciclo de persecución comienza de nuevo. El problema no es la meta en sí, sino poner toda tu felicidad en algo externo. Lograr ciertos hitos puede no necesariamente hacerte sentir completo.
En una relación rota, la mayoría de las personas sienten arrepentimiento y tristeza. Creen que su felicidad está ligada a ese amor perdido. Se quedan estancados en sus cabezas en una realidad pasada que no pueden cambiar. Su conciencia se aleja de sí mismos. Si pones toda la satisfacción de tu vida en cosas externas a ti, te decepcionarás una y otra vez. Esto es lo que quiero decir estar “ausente” de uno mismo. Puede convertirse en una trampa mental. Y te mantiene anclado en el arrepentimiento, atrapado en las fuentes de decepción del pasado o del futuro. Te ausentas de tu propia vida, viviendo en una versión de la realidad que ya no existe. O, peor aún, una versión de ti que depende de cosas o de otros para su satisfacción vital.
La felicidad es una elección, no un resultado. Nada te hará feliz hasta que elijas ser feliz. Ninguna persona te hará feliz a menos que decidas ser feliz. Los “patrones de infelicidad” están en todas partes y los medios de comunicación lo empeoran. Vemos realidades falsas en todas partes. Y sentimos que necesitamos hacer más, experimentar más, lograr más. Comparamos nuestras vidas con las de otros. Vemos sus éxitos, sus posesiones, sus relaciones. Y nos sentimos inadecuados. Pensamos que necesitamos lucir de cierta manera, tener ciertas cosas o lograr ciertas metas para ser felices. Nos aleja de nosotros mismos y nos lleva a una “conciencia infeliz”.
Las personas infelices buscan la realización fuera de sí mismas. Buscan la validación de los demás: algo que las haga sentir completas. Pero ese algo siempre está fuera de su alcance. Me concentro en lo que tengo en lugar de en lo que me falta para sentirme más satisfecho. Alejo mi drama mental de lo que falta. Hacer de la “conciencia feliz” una responsabilidad personal. Realinear nuestros ideales si es necesario. Traer de vuelta nuestros valores a nosotros mismos. Es la clave para estar presente y completo. Y quizás, lo más importante, el secreto para encontrar la felicidad que hemos estado buscando todo el tiempo.
Encontrar respuestas a preguntas significativas. ¿Qué le da sentido a nuestra vida, independientemente de la influencia externa? ¿Qué valores nos hacen sentir vivos? Practicar la autorreflexión. Dedicar un tiempo a construir una mejor relación con uno mismo. O conocerse a uno mismo.
Un fuerte sentido de uno mismo significa que es menos probable que nos dejemos influir por las presiones externas. Es menos probable que nos comparemos con los demás. Es más probable que encontremos la felicidad en nuestro interior.
La infelicidad es un problema de “ausencia”. Recuerda de nuevo, uno puede estar ausente, obviamente, tanto en el pasado como en el futuro. Esto delimita adecuadamente todo el territorio de la conciencia infeliz. El desafío, entonces, es estar presente. Encontrar alegría no en lo que fue o lo que podría ser, sino en lo que es. Date cuenta profundamente de que el momento presente es todo lo que tienes. Haz del Ahora el foco principal de tu vida.
Para ser felices, debemos encontrar nuestra esencia dentro de nosotros mismos, no fuera. Porque cuando estás realmente presente, estás realmente vivo. Experimentas la plenitud de la vida. La única realidad es el aquí y ahora.
Libérate de tus vidas pasadas y futuras. Y regresa a tu tarea presente: participar activamente en tu vida tal como está sucediendo ahora. Ahí es donde te encuentras a ti mismo, tu yo feliz. Encuentra el coraje para volver a casa, a ti mismo, donde puedes encontrar la felicidad que deseas.
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.
Solo se vive una vez, pero si se hace bien, una vez es suficiente.