La mayor virtud de todas las que más ha cambiado mi vida. La base de la alegría, la paz interior y la abundancia. El único hábito que siempre me pone de buen humor, me hace sentir más conectado con los demás y conmigo mismo y reduce el estrés mental es la gratitud. Me hace apreciar mucho más la vida. La alegría, la satisfacción y la paz interior son beneficios secundarios de una mentalidad de gratitud. 

Pienso que la gratitud es la mayor virtud y la madre de todas; la base de todas las demás. Creo que todas las demás buenas cualidades (la amabilidad, la humildad, la generosidad) crecen a partir de un corazón agradecido. La gratitud no es solo la fuente de todas las virtudes, sino también una mentalidad, una forma de ver el mundo. Es encontrar alegría en las cosas pequeñas y apreciar las grandes. Cambia tu enfoque. En lugar de detenerte en lo que te falta, ves lo que tienes.

La gratitud es la clave para una vida plena. No estropees lo que tienes deseando lo que no tienes; recuerda que lo que tienes ahora estuvo alguna vez entre las cosas que solo esperabas. Cuando estamos agradecidos, vemos el mundo de manera diferente. Nos centramos en lo que tenemos, no en todo lo que nos falta. Apreciamos las cosas simples: nuestra salud, las experiencias con las personas que amamos y las cosas ordinarias que damos por sentado.

La gratitud tiene una forma de mostrarnos la abundancia que damos por sentado. Notamos las pequeñas cosas: un buen sueño, una buena comida con tus seres queridos, la compañía de un buen amigo. Estos son los momentos que realmente importan. La interminable lista de deseos y necesidades no parece tan apremiante cuando te concentras en ellos.

No significa que las dificultades desaparezcan. La vida sigue siendo vida; los altibajos, los días buenos y malos están garantizados. Las experiencias siempre se sentirán como nubes pasajeras. Pero cuando eliges concentrarte en la gratitud, esos desafíos parecen más pequeños. Te das cuenta de que incluso en los momentos difíciles, hay algo por lo que estar agradecido. La gratitud no ignora las partes difíciles de la vida; solo las pone en perspectiva.

He descubierto que cuando practico la gratitud, me siento más ligero. Mi mente está más clara y mi corazón está más lleno. Cuanto más reconozco lo bueno en mi vida, más cosas buenas encuentro. Es como si la gratitud creara un efecto dominó. Un pequeño agradecimiento lleva a otro y, pronto, estás rodeado de bendiciones.

La gratitud cambia nuestra perspectiva. Cuando eres agradecido, la amabilidad, la compasión y la empatía crecen de forma natural. Te vuelves más paciente, comprensivo y perdonador. La mayoría de las personas se quedan atrapadas en lo que no tienen durante demasiado tiempo. Se apegan a la vida que deberían haber tenido o que quieren tener.

La gratitud cambia las historias que nos contamos a nosotros mismos. Te centras en la abundancia, no en la escasez. Ves bendiciones, no cargas. Piensas que la vida sucede a tu favor, no en tu contra. Lo cambia todo. Así que haz espacio para la gratitud en tu vida. Comienza de a poco. Puede ser cualquier cosa. Te sentirás más en paz y más satisfecho con el lugar en el que te encuentras. 

Practico la gratitud en el momento en que me despierto; estoy agradecido por el privilegio de estar vivo y la oportunidad de disfrutar de la compañía de las personas cercanas a mí. Cuando te levantes por la mañana, piensa en el privilegio que es estar vivo, pensar, disfrutar, amar utiliza la gratitud como fuente de felicidad. Te volverás más consciente, más presente y más conectado cuando aprecias la vida en movimiento. La gratitud transforma tu perspectiva. Convierte lo que tienes en suficiente. No te apegas a tus objetivos. Disfruta de lo lejos que has llegado. Cuando haces espacio para estar agradecido, te sientes más conectado con las personas en tu vida. 

Encuentra alegría en el momento presente en lugar de anhelar el futuro o detenerme en el pasado. Estar agradecido por la sensación de serenidad y conexión en los espacios verdes y azules. En una mentalidad de gratitud, tu alma está viva, porque la verdadera felicidad es disfrutar del presente, sin depender ansiosamente del futuro, no entretenernos ni con esperanzas ni con temores, sino quedarnos satisfechos con lo que tenemos, que es suficiente, porque quien es así no quiere nada. Las mayores bendiciones de la humanidad están dentro de nosotros y a nuestro alcance. 

Ni siquiera tienes que empezar un diario de gratitud para apreciar tu vida y cómo has llegado hasta aquí. Yo me recuerdo conscientemente cómo me va la vida todos los días: en mis paseos en soledad.

Es un hombre sabio el que no se lamenta por las cosas que no tiene, sino que se alegra por las que tiene. Puedes hacer espacio para la gratitud a tu manera. No tiene por qué ser complicado. Con el tiempo, notarás un cambio. Comenzarás a ver lo bueno en cada situación. Te sentirás más satisfecho, más en paz. Cuanto más lo practiques, más crecerá. Es el camino hacia una vida más significativa. “Reconocer lo bueno que ya tienes en tu vida es la base de toda abundancia.

La gratitud es la mayor de las virtudes porque es la base de una vida feliz y pacífica. Haz espacio para la gratitud e invitarás a más alegría, amor y satisfacción a tu vida. Toma nota de las cosas que te hacen sentir vivo. Conviértelo en un hábito y una práctica diaria. Cuanto más lo hagas, más abundante te parecerá la vida.

Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.

Patricio Varsariah.
Vive de acuerdo con tu naturaleza, NO con las expectativas de los demás.