La resistencia sólo prolonga lo inevitable.
Publicado por Patricio Varsariah el viernes, agosto 30, 2024
Aferrarse a la ira, el resentimiento o el miedo solo lo agobia. Perdone, aprenda y siga adelante. Cuando deja de resistirse, libera espacio mental para las cosas que realmente importan. Se vuelve proactivo en lugar de reactivo. Amigas y amigos míos, es sabio nutrir el alma, de lo contrario, criarás dragones y demonios en tu corazón.
Si prestas suficiente atención, notarás que, a veces, cuanto más te resistes a algo, más grande se vuelve. Tal vez sea un mal hábito, un patrón de pensamiento negativo, oleadas de pensamientos, emociones, experiencias pasadas o una fecha límite inminente. Sea lo que sea, lo rechazas, intentas forzarlo a desaparecer, finges que no existe o incluso lo ignoras, pero nunca desaparece.
A lo que te resistes, acumula poder. En algún momento, amenazará con derribarte. También se lo llama el efecto del “elefante blanco”. Cuanto más intentas olvidar un elefante blanco, más piensas en él. La resistencia funciona de manera similar, manteniendo los comportamientos no deseados en primer plano en tu mente.
Lo que resistes no solo persiste, sino que también aumentará de tamaño. En resumen, lo que resistes, persiste. Obtienes más de aquello a lo que te resistes. La filosofía que cambia la vida es ésta: la resistencia crea tensión. Mantiene tu atención centrada en lo que quieres evitar. La concentración constante amplifica los pensamientos, sentimientos o experiencias no deseados. Se convierte en una especie de foco de atención que atrae toda tu atención y hace que parezca más grande y más poderosa de lo que realmente es.
La mente es como un iceberg. Tiene dos partes funcionales: por encima de la superficie (mente consciente) y por debajo de la superficie (mente inconsciente). La mente consciente es donde tomas decisiones y controlas tus pensamientos, pero debajo de la superficie está el vasto inconsciente, un remolino de emociones, recuerdos e impulsos primarios. Es en este reino inconsciente donde la resistencia echa raíces. Cuando te resistes a algo (un miedo, un pensamiento, un mal hábito), lo empujas hacia el inconsciente.
Pero aquí está la amarga verdad: el inconsciente no entiende la negación. No distingue entre resistencia y concentración. Cuando te resistes constantemente a algo, en realidad le estás dando poder en tu mente inconsciente. Es casi como un niño que hace una rabieta. Cuanta más atención les prestas, incluso atención negativa, más intensifican su comportamiento. De manera similar, resistirse a algo en tu mente consciente alimenta su presencia en tu inconsciente. Se convierte en un tira y afloja mental, que drena tu energía y obstaculiza tu crecimiento.
No eres solo tu mente consciente. La batalla interna entre tu mente consciente e inconsciente es el motor oculto de tu vida. Da forma a tus decisiones, colorea tus emociones e incluso puede sabotear toda la existencia.
Sabemos que los dramas más salvajes y conmovedores no se representan en el teatro, sino en los corazones de hombres y mujeres comunes que pasan sin llamar la atención y que no traicionan al mundo nada de los conflictos que se desatan en su interior, excepto posiblemente un colapso nervioso.
Lo que es tan difícil de entender para el profano es el hecho de que en la mayoría de los casos los propios pacientes no tienen la menor sospecha de la guerra interna que se desata en su inconsciente. Si recordamos que hay muchas personas que no entienden nada sobre sí mismas, nos sorprenderá menos darnos cuenta de que también hay personas que no son conscientes de sus conflictos reales.
Entonces, ¿cuál es la alternativa?: La aceptación. Reconocer el sentimiento, el pensamiento, la experiencia, el hábito, el impulso sin juzgar. No luches contra él. Déjelo entrar, obsérvelo con calma y luego déjelo retroceder. No porque quiera que se quede, sino porque negar su existencia solo lo fortalece. La aceptación lo prepara para desprender su energía emocional de él. Ahora, con la resistencia reconocida, tienes una opción. Puedes observarla, comprender por qué está allí y luego elegir seguir adelante. La resistencia puede seguir allí, pero ya no es el impulsor. Lo eres tú.
La resistencia es una batalla perdida. Véala como lo que es. Sólo entonces podrás abordarlo. Ignorar tu angustia emocional o ansiedad sólo lo empeora. Perdura y crece hasta que te veas obligado a enfrentarlo. Reprimir lo que necesitas o tienes que decir conduce a una acumulación de tensión que finalmente explota de una manera que no te gustará. Haz tiempo para esa conversación difícil. Di tu verdad. Tal vez la relación se cure, o tal vez termine. Pero la resistencia sólo prolonga lo inevitable. Hasta que hagas consciente lo inconsciente, dirigirá tu vida y lo llamarás destino.
Acepta la oscuridad debajo de la superficie para explorarla, comprender su origen y, finalmente, transformarla. Si ignoras la ira, hierve a fuego lento debajo de la superficie, amenazando con desbordarse en cualquier momento. Encuentra una forma constructiva de hablar de ello. Resuelve el asunto antes de que se convierta en un problema.
Cuando iluminas los rincones oscuros de tu inconsciente, lo sacas a la luz y trabajas con él. Tal vez esa emoción negativa provenga de una experiencia de la infancia. Con esa conciencia, tienes el poder de elegir. Puedes elegir dejarlo ir para desarrollar mecanismos de afrontamiento más saludables. Tal vez ese miedo pueda replantearse como una advertencia saludable. Tal vez ese mal hábito provenga de una necesidad emocional más profunda.
Hay libertad en dejar ir la resistencia. te permite ver las cosas como son, no como temes que sean. Le das poder para elegir la acción en lugar de la evasión. Les abres a posibilidades que no podía ver cuando estabas demasiado ocupada o ocupado luchando contra las sombras.
Cuando sientas la necesidad de resistir, pregúntate: “¿Esto me ayuda o me impide?” o “¿Qué puedo hacer al respecto?”. Elige moverte con la corriente, no en contra de ella. Puede que te sorprendas de lo mucho más suave que se vuelve el camino. La gente hará cualquier cosa, por absurda que sea, para evitar enfrentarse a su propia alma. Pero tú no eres su sombra. No somos lo que nos pasó; somos lo que elegimos convertirnos.
Vuelve hacia tu interior para transformar tu realidad. Elige la libertad.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
Vive de acuerdo con tu naturaleza, NO con las expectativas de los demás.