Me he encontrado conmigo mismo una y otra vez de maneras que no esperaba. Llevo unos años en un camino de autoconciencia, pero siguen apareciendo fragmentos de mí. 

Muchas veces me he encontrado en experiencias que me resultan extrañamente familiares. Por ejemplo, cuando era adolescente, solía caminar hasta la biblioteca local para leer libros de filosofía. Nunca perseguí esa curiosidad silenciosa.

Pasé por alto una pista subconsciente sobre mi mejor yo futuro. Hoy, todavía leo libros de grandes pensadores por placer intelectual, comparto lo que encuentro con una audiencia a través de esta página web.

Tus “mil disfraces” pueden ser patrones en tus relaciones. Puede que salgas con distintas personas, pero de alguna manera, los mismos problemas siguen surgiendo. Tal vez se trate de confianza, comunicación o límites. En algún momento, empiezas a darte cuenta de que el denominador común no es la otra persona, eres tú. Te estás encontrando contigo mismo y con tus propios problemas no resueltos a través de estas diferentes relaciones.

A veces, atraes al mismo tipo de persona una y otra vez. Puede ser alguien que te desafíe de una manera específica, como poniendo a prueba tu paciencia o ampliando tus límites. Según lo que yo creo es que, no se trata solo de ellos, se trata de ti.

Los mismos patrones inconscientes siguen apareciendo porque estás ignorando algo que necesitas aprender o sanar dentro de ti. Tal vez se trate de la autoestima, la comunicación o de soltar el control. Estas personas son espejos que te muestran las partes de ti que necesitan atención. Puedes usar estas lecciones para trabajar en ti mismo o convertirte en una versión de ti mismo hasta que finalmente lo consigas.

O toma el trabajo, por ejemplo. Tal vez hayas cambiado de trabajo varias veces, pensando que un nuevo entorno sería diferente o mejor. Pero, de alguna manera, surgen los mismos conflictos: sentirse infravalorado, chocar con un jefe o luchar con la carga de trabajo. Es fácil culpar al trabajo o a la gente, pero luego empiezas a notar que es un patrón. Y, de nuevo, es como si te enfrentaras a una versión de ti mismo. Tal vez sea tu necesidad de aprobación, miedo al fracaso o dificultad para establecer límites. La vida te muestra partes de ti mismo en estas situaciones, disfrazadas de trabajos diferentes, pero la lección es la misma.

Luego está el crecimiento personal. Tanto tú como yo sabemos cómo se siente pensar que finalmente has superado algo, solo para que aparezca de nuevo, solo que de una forma diferente. He estado trabajando duro para responder en lugar de reaccionar a muchas experiencias fuera de mi control. Sé lo suficiente para mantener la calma, pero no siempre estoy en mi mejor momento. Todavía estoy en un camino personal de "integración total del yo".

Tal vez hayas trabajado duro para ser más paciente, pero de repente, pierdes la calma en una situación que se siente demasiado familiar. Es frustrante, pero es otra oportunidad de conocer esa parte de ti mismo y seguir practicando para mejorar. La idea es que no podemos escapar de nosotros mismos.
Seguiremos encontrándonos con partes de nosotros mismos en el futuro, ya sea a través de otras personas, situaciones o incluso nuestras reacciones. La vida es un espejo continuo, que nos refleja las partes de nosotros mismos que necesitamos ver. No siempre es bonito, pero tenemos que ser capaces de integrar todo nuestro ser para tomar decisiones conscientes en nuestras experiencias.

A veces, esas partes que son difíciles de mirar son las más difíciles de domar. Pero podemos usarlas para crecer si podemos reconocerlas por lo que son: pistas ocultas para aprender más sobre nuestro yo oculto. El secreto de toda vida es la obediencia: obediencia al impulso que surge en el alma, el impulso que es la vida misma, que nos insta a nuevos gestos, nuevos abrazos, nuevas emociones, nuevas combinaciones, nuevas creaciones.

Cuando las cosas se ponen difíciles, ¿te retraes o te vuelves loco, tratando de controlarlo todo? Ese es un patrón y una versión de ti mismo que la vida te sigue mostrando. Cada vez que me encuentro en una situación estresante, me reencuentro con esa parte de mí. Y cada vez, tengo la oportunidad de manejarla un poco diferente, de aprender y responder mejor.

La cuestión es que los “disfraces” no siempre son negativos. A veces, la vida también nos muestra nuestras fortalezas: cuando te sorprendes a ti mismo al manejar una situación difícil con sabiduría o notas que te has vuelto más compasivo o resiliente con el tiempo. Estos también son reflejos de quién eres y te recuerdan que has crecido.

Entonces, ¿qué hacemos con esto?

Creo que se trata de ser consciente. Cuando te encuentres en patrones negativos familiares, no te frustres. Descubre lo que tu yo subconsciente está tratando de mostrarte. Cada situación, cada persona y cada obstáculo es una rara lección de autoconciencia.

La vida tiene una forma de hacernos volver a las mismas lecciones hasta que las aprendemos de verdad. Y aunque eso puede resultar molesto, también es la forma en que crecemos. Nos encontramos con nosotros mismos bajo mil disfraces porque la vida es un proceso de transformación personal. Cada experiencia es una oportunidad para volverse un poco más sabio.

El error que cometen algunas personas es pensar que ya han llegado. La vida es un proceso de transformación, una combinación de estados por los que tenemos que pasar. La gente fracasa en su empeño de elegir un estado y permanecer en él. Esto es una especie de muerte. Integrar nuestros muchos disfraces, máscaras y yoes subconscientes es un mejor camino hacia una vida más completa.

Mi gratitud por leer y que tengas un día maravilloso

Patricio Varsariah.
Vive de acuerdo con tu naturaleza, NO con las expectativas de los demás.