Tener razón no siempre es el objetivo. Entender la verdad sí lo es.

Las falsedades son trucos pequeños y astutos. Se esconden a simple vista, disfrazados de argumentos convincentes. Son herramientas de persuasión, manipulación y control. De cualquier manera, distorsionan la verdad. Una vez que comiences a buscar falsedades, las verás en todas partes: en anuncios, informes de noticias y conversaciones. Es como aprender un nuevo idioma.

De repente, entiendes los mensajes ocultos. Al principio es molesto, pero luego no puedes dejar de notarlo. Pero el hecho de que alguien use una falsedad no significa que sea malvado o estúpido. Tal vez sea simplemente descuidado. O tal vez esté tratando de manipularte. De cualquier manera, si una historia está lejos de la verdad real, es incorrecta. Casi todos los que son sorprendidos cometiendo una falsedad la interpretan como un "desacuerdo”,

Las falsedades explotan las vulnerabilidades y el ego (nuestro miedo a equivocarnos). Se aprovechan de nuestro deseo de pertenecer, de tener razón y de sentirnos seguros. Las falsedades en las fuentes de noticias explotan nuestros prejuicios, miedos y esperanzas. Son pegadizas y memorables. Nos distraen de la verdad y nos llevan por caminos engañosos. La incertidumbre es incómoda. Las falacias ofrecen respuestas simples y en blanco y negro. Los hechos y las pruebas suelen ser aburridos y complejos. 

Estamos programados para los atajos. A nuestros cerebros les encantan las respuestas fáciles. Las falsedades manipulan nuestras mentes a través de técnicas como el anclaje, el encuadre y la escasez. Estas tácticas crean ilusiones de control y urgencia que impulsan nuestras decisiones. Las redes sociales recompensan las respuestas emocionales. La indignación, la ira y el miedo impulsan la participación. Las falsedades se adaptan perfectamente a estas emociones. La verdad se pierde en el ruido.

La indignación obtiene "me gusta" y se comparte. El miedo impulsa los clics.

Los políticos las utilizan para ganar votos. Los amigos las utilizan en las discusiones. Los vemos por todas partes: generalizaciones apresuradas, falsos dilemas, pendientes resbaladizas y ataques ad hominem. Estos manipulan las emociones, no la lógica. La simple repetición de una falsedad, incluso por parte de una fuente cuestionable, puede llevar a la gente a creer realmente la mentira.

La gente comparte lo que resuena, no lo que es preciso. Los anunciantes utilizan falsedades para vender productos. El miedo, el deseo, la exclusividad: son herramientas poderosas. “Parezca más joven”, “sea exitoso”, “únase a la élite”. Es tentador. El anclaje establece expectativas. Un precio alto primero, luego un descuento parece una ganga. El encuadre cambia la percepción. “95% libre de grasa” suena más saludable que “5% de grasa”. La escasez crea urgencia. “Oferta por tiempo limitado” lo empuja a comprar ahora.

Las falsedades nos distraen de la realidad. Es la triste verdad. Valoramos la velocidad y la emoción por sobre la precisión y la razón. Las falsedades se propagan más rápido porque no tenemos tiempo para comprobar múltiples fuentes. Las personas son más propensas a creer algo que les hace sentir bien, incluso si es ilógico. Preferimos la información que confirma nuestras creencias existentes. Las falsedades refuerzan lo que ya pensamos.

Es reconfortante, pero también es peligroso. Debemos resistirnos a estos atajos para llegar a la verdad. Si te conviertes en un pensador activo y lógico, puedes diferenciar entre hechos y opiniones, evidencia y apelaciones emocionales. Los peligros de no pensar con claridad son mucho mayores ahora que nunca. No es que haya algo nuevo en nuestra forma de pensar, es que el pensamiento crédulo y confuso puede ser mucho más letal que nunca antes.

Pero, ¿por qué son importantes reconocer las falsedades?

Porque el pensamiento crítico te ayuda a eliminar el ruido, ver la verdad y tomar mejores decisiones. Será menos probable que te engañen las noticias falsas, los malos argumentos o las personas manipuladoras. El miedo, la ira y la emoción nublan nuestro juicio; Las falsedades nos impiden tomar decisiones informadas. Las falsedades manipulan nuestras emociones. Comprender las falsedades es la forma de convertirse en un mejor pensador. Es para buscar la verdad y construir una base de pensamiento crítico. Es la forma de pensar por uno mismo o mejor aún, de protegerse de la desinformación.

Estoy aprendiendo a detectar las falsedades para superarlas. Me gusta cuestionarlo todo. No tengo miedo de estar en desacuerdo. Mi capacidad de pensar críticamente es mi activo más valioso. El pensamiento crítico puede estar muriendo silenciosamente. La única forma de mejorar mi forma de pensar es cuestionar las cosas que normalmente ignoro. Para ser un pensador más sabio, necesito escepticismo y humildad intelectual, no cinismo sino duda curiosa. Debo cuestionarlo todo, especialmente las afirmaciones que se alinean perfectamente con mis creencias.

El aumento silencioso de falsedades puede distraerte de la verdad real. Busca evidencias, no solo afirmaciones. Ten cuidado con las simplificaciones excesivas. La vida está llena de estos trucos. Sé consciente. Piensa con claridad. Toma decisiones informadas. 

Podemos buscar la verdad, no solo la satisfacción de tener razón. La verdad puede no ser siempre satisfactoria, pero es esencial.  Comprometámonos a buscarla, sin importar lo difícil que sea. Protégete de la manipulación. Cuestiona las afirmaciones, busca evidencias, llega a la verdad.

Tener razón no siempre es el objetivo. Comprender la verdad sí lo es.

Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.

Patricio Varsariah.
 Vive de acuerdo con tu naturaleza, NO con las expectativas de los demás.