Los pensamientos no son hechos objetivos.
Publicado por Patricio Varsariah el martes, julio 30, 2024
Los pensamientos pueden parecer reales y urgentes, pero no te afectan hasta que crees en ellos y actúas en consecuencia. Los pensamientos van y vienen como nubes. Los pensamientos son interpretaciones, juicios e historias que nos contamos a nosotros mismos. Cosas que recordamos en función de la perspectiva. Teorías que construimos en nuestras cabezas. Y predicciones basadas en nuestras experiencias. Después de todo, lo que pienso no son hechos. Por mi propia cordura, me he desprendido de mis pensamientos y ese es el comienzo de la libertad mental.
Nuestros pensamientos están influenciados por nuestros cuerpos. Las sensaciones físicas pueden desencadenar un parloteo mental. Sentirse cansado puede llevarnos a pensamientos de incompetencia. Esa simple conexión nos ayuda a entender la fuente de nuestros pensamientos.
Es fácil confundir los pensamientos con los hechos. Se sienten reales. Suenan convincentes. Pero son solo ideas que flotan en nuestra cabeza. El cerebro es un narrador. Crea narrativas. A veces, estas historias son útiles. Nos motivan, nos guían. Pero la mayoría de las veces, nos limitan, nos asustan.
“No soy lo suficientemente bueno”, “soy terrible”, “nunca podré cambiar mi vida” no son hechos. Son historias que nos contamos a nosotros mismos. Tal vez basadas en experiencias pasadas o miedos sobre el futuro. Pero no es una verdad. Es solo un pensamiento: información en tu cabeza. Pero cuando es poderosa, intensa y ruidosa, eres más vulnerable a creer en ellas como reales. Puedes pensarlo, pero no es la realidad.
Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad. Una infancia difícil puede llevar a creencias como “no soy digno de amor”. Estas viejas historias pueden limitarte. Desafíalas. El hecho de que algo haya sucedido en el pasado no significa que defina tu futuro.
Cuida tu lenguaje. Las palabras crean pensamientos. Decirte a ti mismo “no puedo” refuerza la creencia. Intenta reemplazarlo con “lo resolveré”. Pequeños cambios en el lenguaje pueden cambiar tu mentalidad.
Puedes pensar: “Todo el mundo me está juzgando”. Ese pensamiento no es un hecho; es una suposición, una historia que tu mente inventa, especialmente cuando estás ansioso. Cuando tienes un desacuerdo con un amigo, tu mente puede llegar a conclusiones apresuradas: “Me odian”. Es una interpretación posible, pero no necesariamente la verdad.
Los pensamientos no son hechos. Son una mezcla de opiniones, juicios, historias, recuerdos, teorías, interpretaciones y predicciones sobre el futuro… Así como los pensamientos no son hechos, los sentimientos tampoco lo son. Las emociones son información, pero cuando esa información es poderosa, intensa y ruidosa, como pueden serlo las emociones, entonces somos más vulnerables a creer en ellas como un reflejo verdadero de lo que está sucediendo. Lo siento, por lo tanto, debe ser un hecho.
El razonamiento emocional es un sesgo de pensamiento que nos lleva a usar lo que sentimos como evidencia de que algo es verdad, incluso cuando puede haber mucha evidencia que sugiera lo contrario. ¿Por qué nadie me había dicho esto antes?
Tu cerebro es una máquina de búsqueda de patrones. Le encanta encontrar conexiones, incluso cuando no las hay. Si tienes un mal día en el trabajo, tu mente puede llegar a conclusiones precipitadas: “Me van a despedir”. Una vez más, es una predicción de tu mente, no un hecho. Es un resultado posible, pero no el único.
Cuestiónate cada pensamiento que te lleve por un camino oscuro. Cuestiónalos. ¿Se basan en evidencia? ¿O son solo viejas historias o hábitos que se repiten? Te sorprenderá la frecuencia con la que no se sostienen. Cuanto más practiques poner a prueba tus pensamientos, mejor te volverás a la hora de separar los pensamientos de los hechos.
Mis pensamientos no me definen. Yo defino mis pensamientos. Puedo elegir qué pensamientos creer y cuáles dejar ir. Así es como estoy redefiniendo mi camino hacia la libertad. No tengo que creer todo lo que mi mente me dice. No hay hechos eternos, como no hay verdades absolutas.
A tu cerebro le encantan las historias. Conecta puntos, incluso cuando no pertenecen juntos. Si tienes un mal día en el trabajo, tu cerebro puede crear una historia: "Soy un fracaso". Esto no es un hecho. Es un drama que tu mente escribió. Tu estado de ánimo, tu pasado y tu entorno influyen en tus pensamientos. Si te sientes ansioso, tu cerebro puede empezar a dar vueltas en los peores escenarios. Es bueno ser consciente de cómo el cerebro cuenta historias. Te ayuda a ver cuáles son tus pensamientos: solo pensamientos.
Recuerda, no eres tus pensamientos, eres el observador de tus pensamientos. Puedes elegir cuáles creer, hacer una pausa, rebobinar o cambiar el proceso de pensamiento por completo. Entiende que los pensamientos son pensamientos. Si son irracionales, razona con ellos, incluso si no te queda ninguna razón. Eres el observador de tu mente, no su víctima.
Ese es el comienzo de la libertad mental. Los pensamientos pueden parecer reales y urgentes, pero no te afectan hasta que crees en ellos y actúas en consecuencia. Los pensamientos van y vienen como nubes. Elijo dejarlos ir. No es necesario ningún apego. No tienes que ir al lugar al que va la mente cuando está inventando cosas.
Sufrimos más en el pensamiento cuando nos aferramos a interpretaciones del peor escenario posible. Para ver las cosas con claridad y no causarnos un sufrimiento mental innecesario sin ningún motivo, desapégate del ruido mental. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, pero con la práctica, puedes adquirir el poder de deshacerte de tus miedos y ansiedades a voluntad.
Sin embargo, un paso importante es identificar la fuente de que pases todo ese tiempo en tu cabeza: lo que causa estrés y ansiedad no es la realidad; es tu imaginación indisciplinada. Es el pensamiento, no los hechos; son nuestras falsas interpretaciones, realidades, juicios y creencias. Exponlos para encontrar la libertad de ansiedad, preocupación y perturbación mental.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
Encuentra paz en el ahora. Sufrirás menos y vivirás más.