Cuando las cosas se vuelven abrumadoras, camino lentamente y en quietud. Hago una introspección. Miro hacia dentro. Callo mi mente. Las respuestas siempre han estado dentro. Si miro lo suficiente, encuentro lo que busco: claridad interior.

Esté vacío. Estate quieto. Simplemente observe cómo todo va y viene.

Un estado de ser en el que observo el mundo sin juzgar ni apegarme ha hecho más por mí que todos los consejos que he leído para mejorar mi paz interior.

La vida es un flujo en constante cambio. Las personas, las emociones y las cosas van y vienen. Todas las cosas evolucionan o pasan. La quietud es cómo aprendo a aceptar la naturaleza cambiante de la vida sin aferrarme ni quemarme.

Así es como noto mis pensamientos y emociones sin quedar atrapado en ellos. Me siento más en sintonía con las señales sutiles internas y externas cuando estoy quieto. Mejoro mi perspectiva de la vida. Es un camino poderoso para despertar la paz interior. Es encontrar el observador tranquilo dentro de nosotros para liberarnos de preocupaciones innecesarias, ansiedad y muchos desencadenantes del estrés.

Eres testigo de cómo todo va y viene. Deja que la mente se calme. Las diez mil cosas suben y bajan mientras el Yo observa su regreso. Crecen y florecen y luego regresan a la fuente. Regresar a la fuente es la quietud, que es el camino de la naturaleza.

En el vacío, nuestras preocupaciones, ansiedades y responsabilidades estresantes no desaparecerán, pero el ruido en tu cabeza cederá. Darán paso a tu desapego activo de ellos. Reconoces el ruido, pero no perturba la paz del observador.

Cuando no puedes controlar las fuerzas externas, convocas a tu fuerza interna para anularlas. El poder de la quietud dentro de nosotros es más que suficiente para devolvernos a nosotros mismos. Dentro de ti hay una quietud y un santuario al que puedes retirarte en cualquier momento y ser tú mismo.

Las exigencias del trabajo, las relaciones e incluso la charla constante dentro de nuestras cabezas pueden parecer una charla interminable. Podríamos sentirnos perdidos en nuestras tareas y responsabilidades, inseguros de quiénes somos o qué queremos. Aquí es cuando nuestro santuario interior se vuelve tan valioso. Podemos ver las cosas desde nuevas perspectivas cuando nuestra mente está tranquila y clara.

Simplemente tomarse el tiempo para alejarse por un momento, por pequeño que sea, puede ayudarlo a respirar profundamente y liberar la tensión. No dejes que el estrés del día te siga a todas partes.

No importa cuánto lo intentemos, no podemos silenciar el ruido que nos rodea, pero podemos aprender a no dejarnos arrastrar en todas direcciones. Desconecta para reconectar contigo mismo por completo.

La quietud no es la ausencia o negación de energía, vida o movimiento. La quietud es dinámica. Es movimiento sin conflictos, vida en armonía consigo mismo, habilidad en acción. Se puede experimentar siempre que haya una participación total, desinhibida y sin conflictos en el momento en el que te encuentras, cuando estás presente de todo corazón en cualquier cosa que estés haciendo.

Mi tiempo alejado del ruido es un espacio de renovación. Algunas personas encuentran su calma interior a través de retiros y prácticas meditativas nocturnas.

Encuentro el mío pasando tiempo al aire libre, en un espacio verde tranquilo. La paz de un bosque en calma tiene un poderoso efecto calmante. Incluso unos pocos centrados en mis sentidos y el sonido de la naturaleza me ayudan a reconectarme conmigo mismo.

Lo importante es encontrar lo que funcione para usted. No existe una forma correcta o incorrecta de conectarse con su quietud interior. La clave es ser consistente. Practico “caminatas en quietud” al menos tres veces por semana. Así es como vacío mi mente o vuelvo a mi interior. Es mi espacio para simplemente estar, sin apegos ni presiones.

Quizás para ti sea perderte en un buen libro, escuchar música relajante o simplemente dar un paseo en silencio. Cuanto más tiempo dediques a “estar vacío” del ruido, más fácil te resultará encontrar el camino de regreso a ti mismo y más te beneficiarás de su presencia calmante.

Poner en práctica significa notar tu diálogo interior. Y elegir no juzgar sino observar. Significa familiarizarse con su yo interior. Y encontrar tiempo para acceder a él en cualquier momento y lugar.

Cuando lo hagas, te elevarás por encima de todo lo que perturbe tu paz. Responderás a las experiencias difíciles de la vida con una sensación de calma y concentración en lugar de reaccionar impulsivamente. Sé el observador silencioso de tus pensamientos y comportamiento. Estás por debajo del pensador. Eres la quietud debajo del ruido mental. Eres el amor y la alegría debajo del dolor.

Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.

Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.