Mis tres secretos de la vida.
Publicado por Patricio Varsariah el sábado, abril 13, 2024
Hoy quiero compartir mis tres secretos que podría cambiar tu perspectiva y tal vez, solo tal vez, mejorar tu vida. Estas son observaciones prácticas que considero estimulantes. Pequeños ajustes que pueden conducir a un cambio masivo en la forma de percibir y experimentar la vida.
1.- Haz lo correcto hoy
El secreto de la vida es hacer bien el hoy. Todo el mundo puede acertar hoy, y si puedes hacerlo una vez, podrás hacerlo repetidamente. El secreto para una buena vida, una vida significativa, es sorprendentemente simple: hacer bien el día de hoy, es que hacer bien el día de hoy puede cambiar tu vida. Si aciertas hoy, es probable que esa misma mentalidad te ayude a acertar mañana y así sucesivamente.
"Un día es igual a todos los días". El único requisito es el compromiso de aprovechar al máximo estas preciosas 24 horas. Come bien, mueve tu cuerpo y haz ese trabajo que te ha estado molestando. Pero lo más importante es estar presente. Conéctate con las personas que te rodean, saborea tu café y ríete de lo absurdo de todo.
¿Por qué hoy? Porque todo lo que tienes es este fragmento de tiempo, este ahora. ¿Tropezaste ayer? No importa. Hoy es borrón y cuenta nueva. Puedes elegir la bondad en lugar de la ira, la concentración en lugar de la distracción y el progreso en lugar del estancamiento.
Un día puede parecer insignificante. Un buen día, ¿qué diferencia hay? Pero junta un montón de buenos días de hoy y tendrás una buena semana. Las semanas se convierten en meses, los meses en años. Una vida bien vivida se construye sobre la base de días bien vividos.
El punto es que el secreto de la vida es presentarse a diario y concentrarse en dar lo mejor de sí. Haz una cosa bien. Luego otro. Y otro. Porque el secreto de la vida no es una gran revelación. Es la tranquila satisfacción de saber que has construido algo bueno, un día bien vivido a la vez.
2.- Olvidarse de uno mismo
Este es el secreto de la vida: el yo vive sólo muriendo, encuentra tu identidad (y tu felicidad) sólo mediante el olvido de ti mismo, la entrega de ti mismo, el sacrificio de ti mismo y el amor que solo persigue el bienestar del otro anteponiéndolo al propio, sin esperar nada a cambio, incluso aunque ese amor no sea correspondido.
El secreto de la vida es abrir el corazón. Déjalo ir. Sal de ti mismo para encontrarte a ti mismo. Afloja el control sobre tu ego; así es como experimentas la magia de la vida. Te conectas con algo más grande que tú mismo. Experimentas una sensación de propósito, una pertenencia que trasciende tu existencia individual.
Nuestra realización más profunda depende de una especie de muerte del ego. Derribar los muros. Cambia tu enfoque de "¿qué puedo conseguir?" a “¿qué puedo dar?” Es una elección consciente invertir en algo externo a uno mismo. Tal vez sea una causa en la que crees, una búsqueda de curiosidad que eleva a los demás o un camino espiritual que construye una conexión con un poder superior. Sea lo que sea, encuéntralo y vacíate en él. Morir a tu ego te abre a una existencia más rica y significativa.
3.- Comprometerte.
Éste es el verdadero secreto de la vida: estar completamente comprometido con lo que estás haciendo aquí y ahora. Y en lugar de llamarlo trabajo, date cuenta de que es un juego, ya que el secreto de la vida es el compromiso puro. No importa lo que estés haciendo. Simplemente está ahí en cuerpo y alma.
El compromiso lo cambia todo. Cuando estás realmente presente, cuando todo tu ser está absorto en la tarea que tienes entre manos, ocurre una extraña alquimia. El tiempo se desvanece, la timidez se disuelve y te quedas con una experiencia pura y sin adulterar.
La presencia comprometida es un estado de máxima satisfacción. Los atletas lo llaman estar "en la zona" y los artistas lo describen como un estado de fluidez.
Cuando estás completamente presente, tu mente se enfoca como un láser, tu cuerpo se mueve con gracia y sin esfuerzo y todo lo demás se vuelve secundario. No sólo estás haciendo, estás siendo. Plenamente presente en este momento, este regalo que tienes ahora mismo.
Gracias por tu interés y tu tiempo.
Patricio Varsariah.