Vivir en un estado fijo no es posible.
Publicado por Patricio Varsariah el jueves, junio 13, 2024
Encontrar un “yo” cómodo (un ritual, una rutina, un hábito, una forma de vida o de pensar) y decidir que eso es todo, que eso es lo que soy, es negar el significado mismo de estar vivo.
He observado a lo largo de los años un peligro real para la vida: vivir en un estado fijo. Deseando que las cosas fueran iguales. Esperando que te aferres a tu antiguo yo. Y haciendo todo lo posible para no renunciar a una versión específica de ti mismo.
Pienso que la identidad evoluciona y que elegir seguir siendo el yo del “pasado” era una receta para una muerte lenta y silenciosa.
La vida es un proceso de devenir, una combinación de estados por los que tenemos que pasar. En lo que la gente falla es en querer elegir un Estado y permanecer en él. Esta es una especie de muerte. La mayoría de las personas fracasan en la vida porque se fuerzan activamente a entrar en el mismo estado emocional y mental, dejan de vivir y lo llaman existencia.
Los síntomas de la hibernación son fácilmente detectables: primero, inquietud. El segundo síntoma (cuando la hibernación se vuelve peligrosa y puede degenerar en la muerte): ausencia de placer. Eso es todo. Parece una enfermedad inofensiva. Monotonía, aburrimiento, muerte.
Millones de personas viven así (o mueren así) sin saberlo. Trabajan en oficinas. Conducen un coche. Hacen un picnic con sus familias. Crían niños. Y luego se produce un tratamiento de shock, una persona, un libro, una canción, que los despierta y la salva de la muerte. Aunque lamentablemente algunos nunca despiertan.
Negar el “devenir en uno mismo” es negar el significado mismo de estar vivo. Pienso que experimentamos diferentes fases, emociones y situaciones de la vida que moldean quiénes somos. En el momento en que dejamos de evolucionar, comenzamos a morir.
Hace años hice las paces con las muchas etapas de la vida. He tenido diferentes responsabilidades y experiencias. Algunas cosas que pensaba que eran importantes hace unos años ahora me parecen ridículas. Algunas cosas para las que no tuve tiempo, como las relaciones y conectarme mejor con las personas que amo, ahora están entre mis “esenciales”.
Muchas cosas compiten por mi tiempo en cada etapa de la vida. Pero evolucionan.
Nadie se baña dos veces en el mismo río, porque no es el mismo río y él no es el mismo hombre. No puedes aferrarte a tu yo de ayer ni esperar que el de mañana sea el mismo. O estás cambiando conscientemente a la versión que deseas para tu yo futuro o evolucionando inconscientemente hacia alguien que quizás no reconozcas mañana.
Encontrar un “yo” cómodo (un ritual, una rutina, un hábito, una forma de vida o de pensar) y decidir que eso es todo, que eso es lo que soy es negarme a mí mismo el vivir “verdadero”.
La clave para permanecer vivo, verdaderamente vivo, es participar activamente en tu devenir. Aprende de las experiencias que dieron forma a tu yo pasado. Siéntate orgulloso de influir en la persona en la que te estás convirtiendo. Pero lo más importante es entusiasmarse con lo que aún está por llegar a ser.
No crecemos de manera absoluta y cronológica. A veces crecemos en una dimensión y no en otra; de manera desigual. Crecemos parcialmente. Somos relativos. Somos maduros en un ámbito, infantiles en otro. El pasado, el presente y el futuro se mezclan y nos empujan hacia atrás, hacia adelante o nos fijan en el presente. Estamos formados por capas, células, constelaciones.
No somos un yo único e inmutable. Tu propia vida puede estar llena de contradicciones. Es un proceso en constante cambio. Por eso a veces nos sentimos sabios e imprudentes al mismo tiempo. O feliz y triste el mismo día. Los eventos y experiencias se apoderan de nuestro ser tan rápido que fácilmente puedes pasar por alto lo extraordinario.
El devenir de uno mismo no es lineal. No es que todo, en todas partes, suceda al mismo tiempo. No es subir una escalera. Podrías dar un gran salto en tu carrera, sintiendo que tienes el control total, pero luchando en tus relaciones. Está bien. Todos nos quedamos estancados en algún momento, resolviendo todo.
El medio complicado les sucede a todos. No somos sólo una cosa: somos una constelación de experiencias. Algunos días brillarás y otros días la oscuridad puede hacerte sentir desesperación existencial.
Cada una de nuestras experiencias nos está moldeando. No eres la persona que eras ayer y mañana volverás a ser diferente. Haz las paces con tu propia evolución, pero toma el control total de las distintas etapas de tu vida.
Cada experiencia, desafío y sabio paso adelante da forma a una versión nueva e incluso mejor de ti. El mayor riesgo es seleccionar un estado fijo y elegir no vivir de verdad. También está optando por permanecer apretado en una burbuja.
Y llegara el día en que el riesgo de permanecer firme en un capullo fue más doloroso que el riesgo de florecer. La gente que vive profundamente no teme a la muerte, temen simplemente existir.
Tengo tanta sed de lo maravilloso que sólo lo maravilloso tiene poder sobre mí. Todo lo que no puedo transformar en algo maravilloso, lo dejo ir. La realidad no me impresiona. Sólo creo en la intoxicación, en el éxtasis, y cuando la vida ordinaria me encadena, me escapo, de una forma u otra. No más muros.
No le falles a tu yo futuro. Elige vivir. La mera existencia no es la meta.
Que tengas un día maravilloso y gracias por leer.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.