El mundo se está volviendo loco. Lo ves. Yo lo veo. Tú también lo sientes. Guerras comerciales. Crisis financieras inminentes. La política parece un circo en llamas. ¿Nos estamos yendo todos hacia una depresión económica? Quizás. No lo sé.

Pero, curiosamente, a mucha gente se le ha hecho sentir que ellos son los locos. Por atreverse a pensar: "Esto no es normal". No lo eres. Lo viste venir. Quizás te preparaste: ahorraste dinero, aprendiste habilidades o simplemente prestaste atención. Quizás simplemente estás aquí, reflexionando. Ese es un paso.

Significa que estás despierto. Ese es el primer paso. Al menos lo estás intentando. Los politicos nos ha decepcionado. No importa de qué lado estés. Izquierda, derecha, centro, nada importa. Ni siquiera importa dónde vivas. Los sistemas se están desmoronando. La gente trabaja más de lo que debería. Pero gana menos. Los politicos nos ha decepcionado. A todos.

Y nos preguntamos: ¿hacia dónde vamos? ¿Cómo nos preparamos para nuestro futuro? Esa es la verdadera pregunta que me he estado haciendo últimamente. Estoy invirtiendo en una nueva mentalidad. Una mentalidad que no se derrumbe cada vez que el mundo lo hace. Una que aprenda a adaptarse, a mantenerse firme y a seguir adelante. Los tiempos difíciles nos obligan a crecer.

El dolor nos impulsa hacia la sabiduría. La única manera de comprender el cambio es sumergirse en él, moverse con él y unirse a la danza. No somos solo bailarines. Debemos convertirnos en coreógrafos. Crea tus propios movimientos.

Te preparas para la incertidumbre comprendiendo tus propias vulnerabilidades financieras y buscando maneras de volverte antifrágil. Cada generación se enfrentó al caos. Guerras. Crisis. Revoluciones. La gente sobrevivió cambiando su mentalidad. Cambiando su forma de relacionarse con el mundo. Dejaron atrás viejas costumbres y construyeron nuevas. Entonces, ¿cómo lo lograremos?

Primero, deja de esperar estabilidad. Se acabó. Cuanto antes lo aceptes, más fácil será. 

Segundo, cuida tu mente. Concéntrate en lo que puedes controlar. ¿Qué es lo peor que podría pasar y cómo amortiguas el golpe? Si la estabilidad financiera es tu prioridad, lo más probable es que gastes menos de lo que ganas y te mantengas libre de deudas. Y, por supuesto, buscas maneras de volverte indispensable. O mejor aún, multiplica tus fuentes de ingresos para que una crisis no te arruine. Dejaste de esperar a que alguien lo arreglara y comenzaste a descubrir cómo seguir adelante.

Tercero, conéctate. Encuentra personas que entiendan lo que está sucediendo. ¿Quién quiere construir una vida mejor, incluso cuando no sabe cómo? Construye conexiones reales, no solo discusiones en línea. Encuentra a tu gente. Los tiempos difíciles hacen personas fuertes. Este es uno de esos momentos.

Puede que el mundo se esté volviendo loco, pero tú no tienes por qué hacerlo. Pero te adaptas y debes adaptarte. El destino guía a los dispuestos y arrastra a los reticentes. No tienes por qué gustarte lo que está pasando, pero sí tienes que afrontarlo.

Los politicos nos quieren confundidos. Distraídos. Discutiendo por tonterías mientras los verdaderos problemas siguen creciendo. ¿Tu trabajo? Aclarar el tema. Así es como te mantienes cuerdo. No ignorando el caos, sino reconociéndolo y luego decidiendo cómo responderás. Si estás leyendo esto, ya llevas ventaja.

Te estás cuestionando. Te estás preparando. Te niegas a darte por vencido y aceptar la locura como algo normal. Estás construyendo nuevas relaciones con el mundo. Eligiendo la claridad sobre la confusión. La resiliencia sobre la desesperación. Y la conexión sobre el aislamiento. 

Las personas que triunfan en momentos como estos son las que encuentran la cordura de forma silenciosa y constante. Cuando la política se convierte en un circo, eres tú quien se desconecta de la maquinaria de la indignación y se centra en un foco de cambio real y personal. Eres tú quien debe construir un círculo de personas en las que puedas confiar. No solo estás sobreviviendo, sino adaptándote. Y la adaptación es lo único que siempre triunfa a largo plazo. Aguanta. No estás loco. Solo te estás preparando para tu siguiente acto.

Tu futuro depende de ello. Sigue adelante. Porque ¿qué más hay? Rendirse no es una opción. No para gente como nosotros. No se llega a este punto: ver el mundo tal como es, sentir el peso de todo y ver tu casa en llamas. Porque incluso cuando el mundo parece arder, una parte de ti todavía cree en algo por lo que vale la pena luchar. Y es precisamente por eso que no puedes rendirte.

Estás despierto. Y eso es doloroso porque una vez que ves lo absurdo, ya no puedes dejar de verlo. La buena noticia es que ese es tu poder. Tienes derecho a estar cansado, pero no te detengas. Algunos días, te preguntarás si todo esto importa. Es normal. Pero el hecho de que sigas pensando, de que sigas intentándolo, significa que tienes algo que la mayoría de la gente no tiene: la voluntad de seguir adelante. Incluso cuando todo lo demás se desmorona.

Aférrate a que a veces, seguir adelante, simplemente seguir adelante, es el logro sobrehumano.

Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas una tarde maravillosa.

Patricio Varsariah.

PD. -Mis escritos o comentarios no llevan la intención de dar lecciones, sugerencias, o recomendaciones, porque pueden minar la capacidad de los lectores de resolver sus propios problemas. Mi objetivo es: hacer pensar al lector, inquietarlo, y para algunos despertarlos del letargo.