No soy “espiritual”. Simplemente practico ser una buena persona.
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, octubre 2, 2024
Me encanta escribir… cuando tengo ganas de escribir. Me encanta escribir cuando fluye y las palabras se mueven a través de mí, sin esfuerzo, sin pensar, como si se estuvieran juntando, formando oraciones que sé que no he formado conscientemente. Me encanta escribir cuando siento que algo tiene que ser escrito; cuando siento ese suave tirón interior, el empujón, el saber que algo quiere ser escrito.
Me gusta escribir, pero no tengo que escribir. No lo necesito. Estaría bien si lo dejara ir por completo, si sintiera que eso es lo correcto. Si ya no lo amara o si ya no resonara. Si ya no sintiera que estaba destinado a mí o que yo estaba destinado a hacerlo. Me gusta esa sensación, ese conocimiento que tengo dentro de mí.
Hubo una época en la que estaba tan apegado a verme a mí mismo como escritor que la idea de no querer escribir me desorientaba. Siempre me había visto a mí mismo desde esa perspectiva. Pero con los años me he ablandado, me he relajado, he dejado ir la parte de mí que estaba apegada a verme de una determinada manera, a la necesidad de vivir de acuerdo con una visión que tenía en mi cabeza de quién soy y de necesitar que eso se mantuviera constante.
No puedo imaginarme no querer volver a escribir nunca más, pero si eso sucediera, estaría bien con eso. Solo quiero hacer lo que me parezca correcto, honrarme a mí mismo y ser fiel a mí mismo en cada momento.
Puede haber ciertas cosas que nos sintamos llamadas a hacer, cosas que sabemos que debemos hacer, que nos parezcan naturales, sin esfuerzo, casi inevitables, y podemos hacerlas, fluir con ellas, poner nuestra energía en ellas. Pero también podemos permanecer desapegados de necesitar esas cosas y de necesitar que esas cosas y sentimientos se mantengan constantes o que se vean de una determinada manera.
Para mí, lo más importante, siempre, es honrarnos a nosotros mismos, honrar lo que es verdad para nosotros, lo que nos parece correcto en cada momento. Podemos hacer las cosas que queremos hacer, que sentimos que estamos destinados a hacer, con ligereza, con suavidad, y podemos hacerlo sin apegarnos a ellas. Cuando nos apegamos a la forma en que nos vemos a nosotros mismos, nos limitamos.
Puede resultarnos muy fácil aferrarnos a ideas y pensamientos sobre quiénes somos, tratar de vivir a la altura de ideas que ya no resuenan con nosotros, y cuando hacemos esto, nos causamos sufrimiento. Pero si podemos dejar de necesitar vernos a nosotros mismos de una determinada manera, si podemos dejar de necesitar que ciertas cosas sean de cierta manera, podemos encontrar ligereza, tranquilidad y espacio. La clave es mirar hacia dentro, conectarnos con nosotros mismos y hacer lo que nos parezca correcto. Lo más importante es siempre hacer lo que nos parezca correcto.
Mi gratitud por leer y que tengas un día maravilloso
Patricio Varsariah.
Mi objetivo: hacer pensar al lector, inquietarlo, y despertarlo del letargo.