26 Febrero 2025
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, febrero 26, 2025

Nos enfrascamos en nuestras propias ideas y, literalmente, no sabemos si nuestra vida es mejor que las pocas cosas que no salen como queremos. Otras veces hablamos mucho de un montón de cosas que en realidad no importan tanto. Examinamos y dramatizamos lo insignificante hasta que nos ponemos azules y luego nos sentamos y nos rascamos la cabeza, desconcertados por lo insatisfactoria que parece la vida.
Pero cuanto más mayores nos hacemos, más tranquilos nos volvemos y menos dramas y caos sin sentido nos involucramos. La vida nos hace más humildes gradualmente a medida que envejecemos. Nos damos cuenta de cuántas tonterías nos hemos preocupado y en las que hemos perdido el tiempo.
La verdad sea dicha, la tarde siempre entiende lo que la mañana ni siquiera sospechó.
Aquí hay algunas cosas que aprendí con el pasar de los años, que también he ido validando gradualmente durante las últimas cuatro décadas: cosas en las que todos tendemos a centrarnos y preocuparnos cuando somos más jóvenes, pero que finalmente nos damos cuenta de que importan mucho menos de lo que pensábamos originalmente:
1. Las inevitables frustraciones de un día normal.
El 90 por ciento de lo que te estresa hoy no importará dentro de un mes. Tarde o temprano lo sabrás con certeza. Así que haz lo mejor que puedas para dejar de lado las tonterías, mantenerte positivo y seguir adelante con gracia y propósito.
2. Los fracasos que a menudo te hacen sentir cohibido.
Cuando estableces metas y asumes riesgos calculados en la vida, eventualmente aprendes que habrá momentos en los que tendrás éxito y habrá momentos en los que fracasarás, y ambos son igualmente importantes a largo plazo. Aprendemos el camino sobre la marcha.
3. Lo “perfecto” que podría o debería ser todo.
Comprender la diferencia entre el esfuerzo razonable y el perfeccionismo es fundamental para dejar atrás las fantasías y retomar el rumbo de tu vida. El perfeccionismo no solo te genera estrés y ansiedad innecesarios por la necesidad superficial de “hacerlo siempre bien”, sino que, en realidad, te impide hacer cualquier cosa que valga la pena.
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.
Te deseo tanta salud, como gotas tiene la lluvia.