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Bienvenidos a este humilde pero sincero espacio.

octubre 2, 2024
Crecimiento personal & Compartiendo mis ideas y experiencias.

Muchos de vosotros posiblemente os hayáis preguntado; ¿Quién será Patricio Varsariah?

A través de los escritos que tengo publicado, cualquiera de vosotros puede formarse una sinopsis de mi personalidad. Pero en agradecimiento al enorme número de visitas que lleva asignado a mi página web, me veo en la responsabilidad de describirme, aunque de forma breve, pero con la sinceridad y afecto con que suelo escribir dichas reflexiones. 

Amante de lo estético, de lo sublime, de lo que irradia luz y armonía en cualquiera de sus manifestaciones. Solitario por elección y muy necesitado de los que amo, para sentir que mi vida tiene sentido; terrenal, con los ojos puestos en las esferas, infantil y extremadamente serio y profundo; no concibo límites para ir en busca de lo que amo y me desenfreno ante lo que me “toca” … sobre todo, en mi interior…

Esta vida mía ha sido muchas cosas, pero jamás fácil. Esto es una realidad, no una queja. He aprendido que no hay dicha sin contratiempos. No hay placer sin dolor. Me considero un hombre afortunado, porque nada en la vida me fue fácil. Lector de a ratos, escritor de antojos, artista, creativo, ególatra, pensador, relajado, orgulloso, disciplinado, filósofo, payaso y criticón, amante de la fotografía, y de la música, querendón de los animales e idealista empedernido, un segundo de mi vida es todo lo que soy.

Soy ansioso, sumamente impaciente, obsesivo, un poco apocalíptico y me gusta observar y escuchar lo que me rodea. Me considero una persona capaz de lograr cierta empatía con los demás. Dicen que tengo un carácter explosivo. Repudio la indiferencia, la indolencia, la lasitud constante. Soy detractor del maniqueísmo. Dudo de las verdades absolutas. Me agrada lo que desafía los cánones impuestos por moda o por sometimiento ideológico. La vida es demasiado patética como para no tomarla con sentido del humor. Aunque debemos saber que, normalmente las cosas que nos suceden, no son tan graves como pensamos.

El momento más feliz para mí, llega cuando he terminado un trabajo. Ese momento en el que se dice “Ya he terminado” ¡Qué placer! El hecho de, que sea adicto a la buena música, hace que mi vida sea más llevadera, refugiándome siempre en ella y pensando siempre que Dios no nos hace padecer más de lo que podemos soportar. He de reconocer que me gusta mucho la vida contemplativa, “saber que no he de estar a tal hora en tal sitio; es realmente maravilloso”.

Disfruto dejándome llevar, y no suelo pensar mucho en el futuro. Bueno, continúo dando un gran salto en mi vida: No suelo hacer planes a largo plazo, soy más de solucionarlo, tal como van viniendo. Me considero una persona resolutiva, práctica y sobre todo con mucha paciencia. Por lo demás suelo ser persona de pocos amigos y amigas; aunque lo peor es perder a un amigo/a, para siempre.

Pero lo realmente triste es perderlo sin saber por qué; ahora bien, los que tengo, procuro no perderlos y si alguno por una mala interpretación me veo desvinculado de él o de ella, me suele “doler” durante toda la vida, pensando siempre en ese “¿Por qué?”, puesto que lógicamente debe haberlo y a lo largo de la vida he de encontrarlo.  Soy de los que pienso, que las adversidades, han de servir para ver las cosas con serenidad y pensar que la vida aún tiene mucho que ofrecerme a pesar de todo.

Lo que más valoro de escribir es que ha sido un modo de llegar a lo más hondo de mí y de desarrollar la creatividad, sin otros mandatos ni criterios que no fueran los que provienen de mi propia voluntad. He recibido como regalo de ello, asimismo, descubrir que el reconocimiento no es un objetivo, sino una consecuencia. Me ha servido también para llenar mi día de instantes de presencia y para demostrarme que soy capaz de lo que me proponga, siempre que lo haga desde el corazón.

Para mí, el escribir, es una válvula de escape mágica y maravillosa, a lo que doy las gracias, pues me ha ayudado a que mi vida haya vuelto a cobrar sentido y más todavía al poder compartirlo.

Ante todo, y, sobre todo: gracias por visitarme y si me envías algún comentario será un gran regalo para mí.

Patricio Varsariah.

 

No soy “espiritual”. Simplemente practico ser una buena persona.

octubre 2, 2024
Me encanta escribir… cuando tengo ganas de escribir. Me encanta escribir cuando fluye y las palabras se mueven a través de mí, sin esfuerzo, sin pensar, como si se estuvieran juntando, formando oraciones que sé que no he formado conscientemente. Me encanta escribir cuando siento que algo tiene que ser escrito; cuando siento ese suave tirón interior, el empujón, el saber que algo quiere ser escrito.

Me gusta escribir, pero no tengo que escribir. No lo necesito. Estaría bien si lo dejara ir por completo, si sintiera que eso es lo correcto. Si ya no lo amara o si ya no resonara. Si ya no sintiera que estaba destinado a mí o que yo estaba destinado a hacerlo. Me gusta esa sensación, ese conocimiento que tengo dentro de mí.

Hubo una época en la que estaba tan apegado a verme a mí mismo como escritor que la idea de no querer escribir me desorientaba. Siempre me había visto a mí mismo desde esa perspectiva. Pero con los años me he ablandado, me he relajado, he dejado ir la parte de mí que estaba apegada a verme de una determinada manera, a la necesidad de vivir de acuerdo con una visión que tenía en mi cabeza de quién soy y de necesitar que eso se mantuviera constante.

No puedo imaginarme no querer volver a escribir nunca más, pero si eso sucediera, estaría bien con eso. Solo quiero hacer lo que me parezca correcto, honrarme a mí mismo y ser fiel a mí mismo en cada momento.

Puede haber ciertas cosas que nos sintamos llamadas a hacer, cosas que sabemos que debemos hacer, que nos parezcan naturales, sin esfuerzo, casi inevitables, y podemos hacerlas, fluir con ellas, poner nuestra energía en ellas. Pero también podemos permanecer desapegados de necesitar esas cosas y de necesitar que esas cosas y sentimientos se mantengan constantes o que se vean de una determinada manera.

Para mí, lo más importante, siempre, es honrarnos a nosotros mismos, honrar lo que es verdad para nosotros, lo que nos parece correcto en cada momento. Podemos hacer las cosas que queremos hacer, que sentimos que estamos destinados a hacer, con ligereza, con suavidad, y podemos hacerlo sin apegarnos a ellas. Cuando nos apegamos a la forma en que nos vemos a nosotros mismos, nos limitamos. 

Puede resultarnos muy fácil aferrarnos a ideas y pensamientos sobre quiénes somos, tratar de vivir a la altura de ideas que ya no resuenan con nosotros, y cuando hacemos esto, nos causamos sufrimiento. Pero si podemos dejar de necesitar vernos a nosotros mismos de una determinada manera, si podemos dejar de necesitar que ciertas cosas sean de cierta manera, podemos encontrar ligereza, tranquilidad y espacio. La clave es mirar hacia dentro, conectarnos con nosotros mismos y hacer lo que nos parezca correcto. Lo más importante es siempre hacer lo que nos parezca correcto.

Mi gratitud por leer y que tengas un día maravilloso

Patricio Varsariah.
Mi objetivo: hacer pensar al lector, inquietarlo, y despertarlo del letargo.

 
 

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